domingo, 20 de noviembre de 2011

Presentación nueva edición en Santiago de Chile


Jueves 24 de noviembre, 19:30, librería Ulises de Lastarria.
José Victorino Lastarria 70, local 2. Entrada LIBRE.



miércoles, 2 de noviembre de 2011




Presentación nueva edición de EQUIPAJE DE MANO, jueves 24 de noviembre a las 19:30 horas, en la Librería ULISES del barrio Lastarria, Santiago, CHILE.

domingo, 24 de octubre de 2010

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DISTRITO FEDERAL, México, 06/10 (N22).- A pesar de que la crónica de viaje se suele asociar con la literatura inglesa, en Equipaje de mano Juan Pablo Meneses decide navegar por este género y con ello aportar la mirada de un escritor latinoamericano contemporáneo.

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México, 9 Nov (Notimex).- Considerado uno de los mejores cronistas latinoamericanos, el escritor chileno Juan Pablo Meneses revela perfiles de la conciencia humana en situaciones extraordinarias, a través de una selección de historias que el grupo editorial Planeta ha reeditado bajo el título "Equipaje de mano".


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ADELANTO en LA NACIÓN de Buenos Aires
04 diciembre 2005




Las piernas de Kenia
Muchos de los mejores –y más pobres– corredores del mundo provienen de este país de Africa. Esta nota, que forma parte del libro Equipaje de mano (Seix Barral), del periodista chileno Juan Pablo Meneses, cuenta la historia de estos atletas disputados por los clubes europeos.

AQUÍ la crónica

sábado, 13 de septiembre de 2008

EDM en LUN




A solas con la mujer barbuda

por Alejandro Zambra





La vida de esos pilotos de Fórmula Uno que se pasan décadas largando y llegando últimos, la ilusionada espera de unos muchachos amazónicos seguros de que alguna gringa les propondrá matrimonio, el testimonio de una mujer barbuda que está tan vieja que ya se ha quedado sin barba. En fin: una galería impresionante de situaciones y personajes entrañables y profundamente raros inundan las páginas de “Equipaje de mano”, conjunto de diez artículos con que Juan Pablo Meneses, colaborador habitual de publicaciones de Chile, Argentina, Perú, Colombia y España, hace su impecable debut en el formato de libro.

Casi sin proponérselo, Meneses da una verdadera lección de buen periodismo: absolutamente desprovisto de esa irritante intención pedagógica y de la grandilocuencia culturosa que malogra tantas buenas ideas, no pretende hacer literatura y quizás por eso mismo entrega historias que no tienen nada que envidiarle a las mejores ficciones, con la ventaja de que en este caso, como dice el propio autor, “cualquier semejanza con hechos mágicos es pura coincidencia”. Es justamente esa disposición, esa libertad, la que le permite hacer familiares acontecimientos muy diversos que sólo una mirada cómplice –y una excelente pluma- es capaz de liar convincentemente.

Destacar algunos textos de este volumen es más bien pasar revista las predilecciones temáticas propias de cada lector. “Las piernas de Kenia”, por ejemplo, aborda el extraño caso de esos obreros de Nairobi que se van trotando al trabajo, circunstancia que unos cuantos empresarios occidentales aprovechan para ponderar sus condiciones físicas con el fin de convertirlos en maratonistas de nivel mundial. “Los niños no sangran”, en tanto, es la bella narración de un viaje a Lautaro a presenciar un peregrino campeonato de boxeo en el que los pupilos de Martín Vargas no se cansan de besar la lona, mientras el alcalde de la localidad evalúa la posibilidad de convertir al poeta Jorge Teillier en “un gancho importante para el despegue del turismo en la zona”.

El humor y la complicidad (además, desde luego, del computador portátil y la cámara digital) son las principales herramientas de Juan Pablo Meneses, periodista ejemplar y escritor aventajado que logra aquilatar acontecimientos tan disimiles como una travesía en calidad de invitado a bordo de un barco de Greenpeace; o unas pretendidamente idílicas vacaciones en pareja en Estambul que coinciden con la caída de las Torres Gemelas y por tanto se transforman en una arrebatada mezcla de promesas de amor eterno, mezquitas, museos y mucha televisión por cable; o un periplo infiltrado en la barra Los de Abajo, a la que la policía argentina tuvo a bien apalear generosamente en el estadio de River Plate.

No hay duda de que “Equipaje de mano” se convertirá en una lectura predilecta de aquellos que, como Juan Pablo Meneses, andan en busca de buenas historias y experimentan la impagable felicidad de encontrarlas y compartirlas.


Diario Las Últimas Noticias, Santiago, CHILE.

domingo, 24 de agosto de 2008

EDM en Revista Ñ


Crónicas en estado puro


En “Equipaje de mano” el periodista Juan Pablo Meneses relata su contacto con pueblos y personas, recuperando lo mejor del género: viajar para contar.

Por Héctor Pavón



“Escribir para no morir”, escribió Maurice Blanchot. De algún modo, Juan Pablo Meneses parece haber adaptado la cita por otra que sería: “Contar lo que vi y lo que viví para que los hechos sobrevivan”. Como un emisario que cruza la línea del horizonte, el Meneses cronista y narrador va, mira y vuelve para contar a los suyos lo maravilloso y lo decadente; lo bello y lo temerario; lo melancólico y lo cruel que se vuelve el mundo cuando se abandona la tierra conocida.


Meneses es un periodista chileno que dejó su vida segura en Santiago, Chile, y salió al mundo con su “equipaje de mano” que consistía en un notebook, una cámara de fotos y poca ropa, listo para embalar y embarcarse de nuevo. Equipaje de mano es un libro de crónicas fruto de sus viajes y conclusiones. El cronista, alejado del mundo que trae la globalización a los hogares a través de Internet y la televisión, nos devuelve la imagen documental que supo captar y hacer creíble su mundo real.


Viajar con los justo y preciso. Las crónicas de viaje de Meneses empiezan con frases contundentes, imágenes acabadas. “Esto no parece Estados Unidos”, dice al comenzar el relato del pueblo de Gibsonton, un cementerio adonde van a jubilarse norteamericanos raros y freaks de circo. “Al final de esta historia alguien muere”, advierte en el inicio de “Las piernas de Kenia”, una recorrida por la cuna de corredores africanos y su contexto bastante poco feliz. “Una granada para River Plate” es la crónica de un viaje de “Los de abajo”, la barra brava del club de fútbol Universidad de Chile, al Monumental para jugar una semifinal de la Copa Libertadores. Los hinchas llevan una granada que piensan tirar en pleno estadio de River. En “Amazon boys” retrata a los guías de turismo peruanos que trabajan en el Amazonas con la secreta pero explícita voluntad de conquistar una gringa que los lleve lejos de allí. Muchos de ellos tienen éxito y son idolatrados por los que quedan a la espera de cambiarlo todo por una cama en el Primer Mundo. “Ricky es la estrella de la nueva camada de guías. Usa perfume, cinturón de cuero, linterna, repelente alemán en sus brazos oscuros y está aprendiendo a pasarse bloqueador solar por los labios”, es la descripción de Meneses de uno de esos sex guías.


La edición del libro es de lujo. Cada relato ha sido leído por periodistas y escritores como Martín Caparrós, Alma Guillermoprieto, Jon Lee Anderson, Juan Villoro, Edmundo Paz Soldán o Julio Villanueva Chang, director de la revista peruana de crónicas “Etiqueta Negra”, quienes también sugirieron cambios. La publicación de este libro acompaña cierto movimiento latinoamericano que le devolvió vida a la crónica. Ese espacio se está ampliando particularmente en la Argentina. El libro de Meneses cuenta historias, recrea escenarios y revive personajes para la supervivencia que la crónica diaria les suele negar.


Revista Ñ, diario Clarin, ARGENTINA

jueves, 21 de agosto de 2008

EDM en Costa Rica


Arte del trotamundos

por Ana Wajszczuk


"La ansiedad por encontrar una historia me está consumiendo la garganta, que lleno con un cigarrillo tras otro durante toda la madrugada, en espera de que algo pase". La frase habla de la adrenalina por contar lo que se ve y se vive, y podría haber pertenecido a Robert L. Stevenson, a Daniel Dafoe, incluso a Stendhal o Víctor Hugo; más acá en el tiempo a Capote, Lowry o Kerouac o Wolfe, más allá en la historia latinoamericana, a cualquier cronista de Indias. Pero pertenece a Juan Pablo Meneses; escritor joven, chileno y contemporáneo que continúa el camino de todos esos escritores ambulantes que supieron y escribieron que la realidad, sin duda y siempre, supera a la ficción, y que nada nos permite adentrarnos en los hechos que puntean lo que llamamos "realidad" tanto como viajar.


Equipaje de mano, el primer libro de Meneses, habla de todas esas cosas: del viaje como la antípoda del turismo, de historias perseguidas o encontradas, de ciudades y personajes que nunca hubieran cobrado vida si no fuera porque Meneses caminó esos caminos que nos parecen fantásticos, como recorrer Gibsonton, un pueblo de Florida donde se retiran los trabajadores de circo. O lejos de nuestro alcance, como una travesía en el Arctic Sunrise de Greenpeace. O peligrosos, como un viaje de incógnito con los hinchas de fútbol chilenos. O directamente -y en estos relatos es donde quizá Meneses despliega mejor su maestría-, caminos donde nosotros no hubiéramos encontrado qué diablos contar, como en Aguaviva, ese pueblito español donde absolutamente nada sucede, o en ese viaje por los pueblos ferroviarios abandonados del sur chileno, o ese campeonato de Fórmula Uno que pudiera parecer, a primera vista, tan poco interesante.


Meneses viaja y escribe, pero no para contarnos lo maravilloso y buenísimo y espectacular de los paisajes sino para mostrarnos, a través de su prosa fluida, lo que nunca podremos ver como turistas. Se convierte tanto en el lector como en testigo y protagonista (parece saberse de memoria ese clásico de Antonio Machado que dice que no hay camino, sino que se hace andando: golpe a golpe/ verso a verso); su mirada de antena parabólica recrea cada detalle y nos sumerge en las historias de decenas de personajes que parecen existir solo porque el escritor los tiene en cuenta. Y su capacidad para hablarnos de lo universal en lo particular le permite crear empatía con el lector y contar el trasfondo que ve en los países por donde viaja, así habla con la autoridad del in situ de nacionalismo, fronteras, inmigración, pobreza, sueños americanos, desarraigo, olvido. Todo eso, en diez crónicas, abonadas con lo excitante del relato de aventuras, y la rigurosidad de la investigación periodística.


Dice Meneses -que desde hace cinco años vive viajando y tiene como instrumentos de trabajo los cibercafés, su cuenta de correo electrónico y su pasaporte-: "La única idea que tenía era que debía cumplir lo que decidí que sería la máxima del periodismo portátil: viajar y sobrevivir contando historias".


Editado en Chile en 2003, Equipaje de Mano fue reeditado a finales del año pasado por la flamante colección de crónicas de Seix Barral y va de la mano con un cierto renacimiento en el mercado editorial de la crónica periodística como arte narrativo.


Además del lugar que las grandes editoriales le han vuelto a dar a este tipo de textos; florecen las revistas de crónicas como la colombiana Gatopardo, Etiqueta Negra de Perú, Lateral en España -por citar solo algunas donde escribe Meneses.


Publicado en Áncora, el suplemento cultural del diario LA NACIÓN de Costa Rica.

EDM en Rev. de LIBROS



Mundos portátiles
Felipe Correa


Este libro es "casi absolutamente portátil", como esa cajita de Duchamp, que contenía reproducciones en miniatura de todas sus obras. Pero aquí, en Equipaje de mano, en cambio, están contenidas las experiencias transportables de un testigo ambulante no tan conocido, cuyo nombre es Juan Pablo Meneses. Este joven periodista chileno es un viajante, pero no como Paul Theroux, ese novelista que se embarca en largos y aparatosos viajes donde todo parece ser irrelevante, con excepción de lo formalmente espeluznante y extraordinario.
Meneses viaja muy lejos, pero sin importar mucho si su destino es Antilhue o Estambul. Siempre llega a alguna parte y llega bien. Viaja para después contar, casi como un narrador ansioso, la versión no objetiva de la historia. Encuentra contrastes, piensa en las contradicciones y en las miserias, describe las silenciosas verdades humanas que hay detrás del azar y hace vibrar los hilos de los procesos microsociales. Se introduce en la dura realidad de los inmigrantes argentinos en Aguaviva, acompaña a Los de Abajo en una arriesgada travesía en bus a Buenos Aires, pesquisa las historias de los extraños habitantes de Gibsonton, recorre las estaciones abandonadas que quedan de Temuco hacia el sur y observa el desarrollo del campeonato nacional juvenil de boxeo amateur de Lautaro.
Las crónicas de viaje que están reunidas en este tomo tienen una visión de mundo frugal y honestamente preocupada. Su posición es la del público común, la del que se asoma entre la gente para saber qué pasó, la del que se emociona y la del que sabe que sus amigos no le van a creer lo que vio. Es una mirada atenta, que pone el ojo en donde está la herida.
Meneses no habla en nombre de la humanidad, ni de la belleza, ni de la ontología del viaje, sino que habla por sí mismo, en la perspectiva de su propia experiencia. No va a descubrir ningún misterio, sólo se hace cargo de la subjetividad de una noticia conocida, trillada o insignificante. Habla de las torres gemelas, tema del que ya pocos creen que se puede decir algo más, y lo hace bien.
Es entretenido, se lee de una patada. Son historias efímeras que no revisten un interés histórico particular, pero que componen una secuencia mínima de relatos felices y vivencias tristes que descubren una verdad acerca del funcionamiento normal de las cosas.
Una lograda mezcla de periodismo y narrativa en primera persona, donde el narrador no desaparece, sino que está vivo y habla de sí mismo. Como Truman Capote, o mejor, como cualquier sujeto común que se enamora, fuma marihuana y cuenta su experiencia a la vuelta de un viaje.
Sus personajes son "exquisitos perdedores" que, como dice Martín Vargas en "Los niños no sangran", no deben echarse a morir, porque aunque pierdan por nocaut, han ganado.
En la mayoría de los viajes de Meneses los días son como los demás y es eso lo que los hace interesantes. Esa búsqueda en la monotonía, en el ruido de fondo; es ahí donde se encuentran sus protagonistas, sus historias, sus mundos portátiles, su Equipaje de mano.

Revista de Libros, diario El Mercurio, CHILE

sábado, 16 de agosto de 2008


Equipaje de Mano se imprimió por primera vez en octubre de 2003, y esta fue la portada.